Durante nuestro recorrido por festivales de realidad virtual, nos dimos cuenta de que la mayoría de los no gamers se abrumaban con facilidad cuando no sabían lo que tenían que hacer llevándoles a quitarse las gafas VR con facilidad. Esa reacción, la de espectadores pasivos totalmente perdidos en el nuevo rol activo de realidad virtual, nos llamó la atención y quisimos aprovecharla en esta nueva experiencia Original.

Creemos que la VR debe ser consumida con un espíritu de exploración. La figura del director de cine es similar a la de un Dios que nos dice dónde mirar, cuánto tiempo mirar y cómo debemos sentirnos. Esto desaparece en la VR con la figura del espectador activo. La buena noticia es que el espectador se convierte en el director, pero también pierde su servidumbre y hereda la agonía narrativa donde nada sucede si no la crea primero. Esta experiencia intenta simular la transición del espectador pasivo al activo a través de la aventura de MIKE y la forma en que la enfrenta.